Cuando se acaba el día, y en profundo silencio damos a la moviola de todo lo vivido para, entre recuerdos, atisbar esa luna que señala el maestro que hay en cada conciencia.
viernes, 22 de febrero de 2008
La Luciérnaga y el Grillo
Enrique Carfagnini
Fue precisamente en una de esas noches que pude ser testigo de una muy tierna historia, contada casi como en secreto a un selecto grupo de consuetudinarios noctámbulos.
Enrique, la historia es hermosísima y, todavía mejor, es verdadera. Me emocionó hasta las lágrimas, porque me da tanta alegre paz la noche iluminada por la luciérnaga (aquí en mi tierra le decimos "cucubano") y musicalizada por el grillo (y aquí por una ranita cantarina que llamamos "coquí"). Igual me dan una alegre paz inquieta las lecturas de todo lo que nos obsequian los amigos todos de "La hora del grillo" y en especial Pep que se toma tanto trabajo en esa página que es como nuestro hogar espiritual. Mari Ceci
Enrique, la historia es hermosísima y, todavía mejor, es verdadera. Me emocionó hasta las lágrimas, porque me da tanta alegre paz la noche iluminada por la luciérnaga (aquí en mi tierra le decimos "cucubano") y musicalizada por el grillo (y aquí por una ranita cantarina que llamamos "coquí"). Igual me dan una alegre paz inquieta las lecturas de todo lo que nos obsequian los amigos todos de "La hora del grillo" y en especial Pep que se toma tanto trabajo en esa página que es como nuestro hogar espiritual.
ResponderEliminarMari Ceci
Acabo de leer lo de Enrique, es precioso el cuento muy tierno, hay mucha gente linda en este lugar, está pa' quedarse, mire y vea!
ResponderEliminargracias,
Maya