sábado, 1 de marzo de 2008

Las nalgas de Dios

Gonzalo Haya

Hace muchos años los hombres vivían agachados, casi a cuatro patas como los animales, porque Dios llegaba muy cerca de la tierra y llenaba el Universo entero; se acercaba hasta la altura de las vallas. Por eso el hombre vivía agachado, pero era feliz porque no conocía otra cosa y se alimentaba de Dios. Cuando tenía hambre, levantaba el brazo, daba un pellizco a la nalga de Dios, le quitaba un trozo, y se lo comía.

Así vivía el hombre.

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1 comentario:

  1. Creo q se retiro para q aprendamos por causa y efecto...

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