domingo, 30 de enero de 2011

JPII, la beatificación ideológica

Domingo Riorda

La beatificación de alguien se produce luego que se le comprueba  la dignidad (santidad) de su vida y que después de muerto realizó por lo menos una acción considerada milagrosa. Es decir, el milagro supera la dignidad de vida. Esta no tiene alcance para ser considerado beato por lo que la “santidad” queda en segundo lugar pospuesta por el pase mágico.

 El reconocido analista argentino Washington Uranga, en una nota publicada en el matutino Página 12 del 15 de enero, distingue entre argumentos “formales”, “procedimientos y razones canónicas”  y las “razones de orden político, institucional y cultura”.

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