En el vértigo no se dan frutos ni se florece. Lo propio del vértigo es el miedo, el hombre adquiere un comportamiento de autómata, ya no es responsable, ya no es libre ni reconoce a los demás.
Se me encoge el alma al ver a la humanidad en ese vertiginoso tren en que nos desplazamos, ignorantes atemorizados sin conocer la bandera de esta lucha, sin haberla elegido.
Ernesto Sábato, “La resistencia”.
Se me encoge el alma al ver a la humanidad en ese vertiginoso tren en que nos desplazamos, ignorantes atemorizados sin conocer la bandera de esta lucha, sin haberla elegido.
Ernesto Sábato, “La resistencia”.
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