Especial para “La hora del Grillo”
Lo único que cura es el AMOR no la teoría y si el compromiso, la coherencia, la entrega… Algún día te contare de mis "éxitos" terapéuticos. Digo mis, pero creo que Jesusito me ha dado una gran mano si no, no hubiese sido posible.
Maya. No soy psicólogo. Soy Biólogo y Enfermero. Trabajo con ancianos y enfermos con enfermedades en fase terminal. Me ha gustado mucho casi todo lo que dices. El AMOR es la mejor medicina. Suelo pasarme mucho rato,simplemente agarrando de la mano a alguien que se muere, y eso, creo que es lo mejor que puedo hacer en esos momentos.
ResponderEliminarLas creencias de cada uno siempre hay que respetarlas. Mi Fe me dice que a Dios debeo buscarlo en el Hombre. Que ese es el gran mensaje de la Encarnación. Y ya que Jesucristo nos dijo claramente que dando de comer, de beer, curando, consolando al Hombre se lo hacíamos a Él, no veo otro camino mejor que el de tratar a cada ser humano como un ser único digno de todo nuestro amor. Eso es para mí ser Cristiano.
Tampoco soy psicologa, pero me ha gustado eso de encariñarse con los pacientes, es el amor lo que cura. A alguno se le ha ocurrido poner esta distancia entre paciente-terapeuta, pero no es un dogma, creo que es algo que hay que remediar, para humanizar tambien la psicología, la medicina en general. A la vista estan los resultados.
ResponderEliminarUna vez me quede encerrada en el consultorio de mi psicologa, se le habia roto la cerradura y mientras vinieron a arreglarla, estuvimos ua hora sin dirigirnos la palabra, por indicación de ella. Me senti humillada y maltratada.
Por otro lado he sentido el afecto sincero de otros terapeutas y me han ayudado mucho, muchísimo a salir adelante en momentos cruciales. Lo que cuenta, lo que vale, lo que suma es el amor en definitiva, en todas sus manifestaciones.
Me agradó leer lo que piensas.
Diana
He leído la "conversación" de Maya y creo que es una bocanada de aire fresco, de sinceridad, de espontaneidad, de espiritualidad, de amor. Eso es lo que necesita el Grillo; pero eso, que debería resultar fácil por ser espontáneo, nos resulta difícil a los que ya hemos asimilado una serie de formalismos sociales. Es lo que sucede al hacerte una fotografía; te dicen que sonrías, que seas natural, que te relajes; y el resultado es una mueca. "Cada uno hacemos lo que podemos en ese momento". Gracias, Maya, por tu "conversación" y por tu espontaneidad.
ResponderEliminarGonzalo Haya
Gonzalo: Dejame tomar prestada tus palabras "..nos resulta dificil a los que ya hemos asimilado una serie de formalismos sociales.."esto hablado de la espontaneidad para poder comunicarnos en este espacio, y bien decis, es dificil, pero ni imposible, basta quererlo, podemos cambiar el rumbo de todos nuestros actos, con solo desearlo y proponernoslo.
ResponderEliminarCreo que el miedo al ridículo es uno de los factores que nos impide ser espontáneos, el hecho de mostrarnos tal cual somos comentarios mediante y ahí entra también el humor, saber reirse de uno mismo, me gusta una bienaventuranza de Tomás Moro, "Felices los que saben reirse de sí mismos, no terminaran nunca de divertirse" hay que aflojarse un poco y participar,nos pasa a todos lo mismo. Por mi parte y más de uno lo sabe, si me quedara con mis metidas de pata,no me atrevería ni a encender la PC. Los saludo a todos y los animo a participar más.
Diana
He leído los comentarios de Mari Ceci, lo de Diana, Joan Josep Tamburini y estoy muy contenta. Me hace mucho bien y me enriquece y de eso se trata la comunicación no con palabra vacía (la de los políticos) con sentido y también sentimiento.
ResponderEliminarCreo que ya el hecho de escribir transforma y es un acto valiente, es exponerse y vencer esto que se dice en esta cultura en donde debemos, poder todo, saber todo, y no mostrar que somos falibles, que necesitamos, que nos equivocamos... A ver, ¡si se supiese más que la UNICA forma de aprender es equivocándonos!
Me pregunto, por qué también preocuparme tanto de la forma, o sea que no se note que me equivoqué, que no se note tanto que no soy perfecto/a, quizás sea, por que en una de esas, me dejan de querer y /o no tener en cuenta. Además esta necesidad de perfeccionismo, nos desdibuja mi relación con los otros y sus necesidades, porque únicamente me centro en mí, y queriendo controlar mis "defectos", me exijo, me castigo y me paralizo y dejo de vivir y de sentir ¿Y cómo hago para disfrutar de la vida, dejar que me amen y amar?
Y ¿que serían estos errores que no queremos que se noten? ¿Que tenemos ambivalencias: amor y odio, dependencia y necesidad de estar solo/a? ¿Que somos por un lado adultos afectivamente y terriblemente chiquilines demandantes al rato siguiente? ¿Que no nos bancamos las frustraciones, (errores, que no nos elijan, que no nos quieran, que no podamos todo, que no seamos bellos, agradables siempre, simpáticos, disponibles para el deseo del otro/a, etc.)? Y la pregunta del millón: ¿QUE ES AMAR? Tiro una punta: tener que ser lo que el otro quiere que sea y entonces, desaparecer como individualidad con ganas, gustos, vivencias internos distintos, ¿Por que pagar este alto precio? ¿Nos quedamos solos? Igual ¿no lo estamos?
Y no tengo muchas contestaciones pero preguntas un montón que las podemos hacer, construir una y mil veces, nosotros. Por ejemplo: ¿soportamos que se note nuestros errores? Esto de mostrar las debilidades, nuestra parte oscura, infantil, ¿nos cuesta, lo hacemos?
Gente un placer, "leerlos", los espero cariños
Maya
Ese miedo de que hablas, Maya, me parece que yo lo llamo "miedo a que nos vean desnudos por dentro", porque se notarán todos nuestros defectos, sin disfraces. Tenemos también, me parece, miedo a ver a los demás también desnudos por dentro, porque, si los queremos, los querremos menos al ver desnudosa sus defectos y, si no los queremos tal vez empecemos a quererlos o al menos a admirarlos por sus cualidades que hasta entonces no veíamos (quizás por no querer verlas y tener excusas para no quererlos).
ResponderEliminarEn cuanto a si amar es tratar de ser como los demás quieren, me parece que algo de eso hay, pero no podemos tampoco dejar de ser nosotros. Sí como decía una maestra a quien recuerdo mucho "Si queremos amar a los demás "como a nosotros mismos, me parece que debemos empezar por amarnos a nosotros mismos, o no? También, amar es facilitarles el cumplir con eso de amar al prójimo, y para eso, tratar de "hacernos amables" para que les sea un poco menos difícil. No me sé explicar mejor, pero es un trabajo de amor largo y complicado. A lo mejor no tan complicado como difícil
Mari Ceci