José Comblin
Violencia, criminalidad, drogas, sexualidad, desenfrenada: no son los verdaderos problemas, son señales de un problema más radical y más amplio. El problema es la ruptura del ethos que es la base del consenso ético de la sociedad. Ruptura que procede de la ruptura del pacto social por las nuevas élites de la sociedad occidental. Por eso, el problema no se soluciona con más policía, más leyes represivas, más cárceles. En muchos países la misma policía, la misma represión y la misma vida carcelaria generan más violencia y más desorden social y contribuyen a destruir aún más todavía el ethos básico de la sociedad. Por la misma razón, la predicación moral de las Iglesias, de los educadores o de las autoridades sociales se revela tan ineficiente. Los discursos moralizantes no tienen absolutamente ningún efecto, porque no alcanzan el nivel en donde se ubica el problema.
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