Pepcastelló
«Si no hay libertad para ofender, no hay libertad de expresión».
Salman Rushdie
Parece exagerado y tal vez lo sea, porque en principio a nadie le parece bien la ofensa como norma relacional. Pero vayamos por pasos: «el respeto debido», «la obediencia debida», ¿qué son sino murallas para hacer intocables a quienes están arriba?
Aunque nos duela ofender, aunque nos moleste hacer algo que duela, debemos recordar que la verdad y la justicia lo merecen y lo exigen muchas veces. Lo que debemos cuidar es que sea por la verdad y la justicia, y no para satisfacción propia. Es difícil, es necesario, es posible.
ResponderEliminarMari Ceci