Quizás el cielo no es un espacio, no es un lugar. Quizás el cielo es una compañía. Quizás el cielo es la presencia.
Somos constitutivamente relación.
Nuestra última esencia es la conexión.
Para sobrevivir necesitamos el contacto, la interconectividad.
No somos en solitariedad, sino en solidaridad, como decimos muchas veces.
Por ello nuestro ruego más insistente en la vida es ¡QUÉDATE!
Cuenta el Evangelio que así le decía la pareja de Emaús a nuestro hermano Jesús de Nazaret y así seguimos repitiendo, aunque tenemos conciencia desde nuestra experiencia cotidiana que
Felizmente nuestra historia está construida, se construye a partir de muchas presencias-ausencias y nos descubrimos en un intenso movimiento de partidas y llegadas que no dejan tregua a la vitalidad del amor.
Lamentablemente, muchas veces nos damos cuenta de las ausencias, cuando ya es tarde, cuando ya no hay posibilidadad de decirle 'quedate'... Por eso es importante el decidir bien, el elegir bien, el no dejar marchar. Todo se nos complica para nosotros y para quienes nos rodean cuando la elección es errónea y tenemos que vivir con eso. ¿qué otra nos queda?
ResponderEliminarDiana