Como es sabido, desde 1981, en aplicación del artículo 54 de la Constitución española, existe en nuestro país el cargo de “defensor del pueblo”, designado por las Cortes, para la defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Al igual que el defensor del pueblo, tenemos el defensor del paciente, del consumir, del asegurado, del cliente.... Se comprende, además, que estos cargos son, no sólo importantes, sino sobre todo necesarios. Porque las leyes, por muy bien hechas que estén, no pueden prever todos los casos en los que una persona se puede ver vulnerada en sus derechos. La complejidad de la vida y de las situaciones es imprevisible.
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Muy interesante artículo José María. Mi humilde opinión es que cada uno tiene que resolver eso 'solo' las religiones y sus representantes no ayudan para nada, pues todo lo contrario y un moderador desde afuera por más formado que este en todas las disciplinas, tampoco podría hacer nada si la persona en cuestión no esta convencida y sigue con sus arraigadas creencias. Difícil es cambiar esto. El mejor consejero y maestro es el 'interior' y a hacerse cargo de las consecuencias de las decisiones tomadas. Al menos eso pienso yo, con conocimiento de causa puesto que lo he puesto en práctica, luego de escuchar a mi confesor que siempre me aconsejó soportar una situación de agresión y maltrato por años. Liberada estoy de todo eso, pero también de la religión...
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