Con el mayor respeto por quienes profesan creencias religiosas, entre ellas las cristianas, que son las que guiaron los primeros años de mi vida y en las que me eduqué. Desde mi actual perspectiva humana, en tanto que cristiano de corazón pero agnóstico de pensamiento, no puedo sino maldecir el uso perverso que de la buena fe de la gente hacen algunas iglesias cristianas, entre ellas la Iglesia Católica Romana. Me mueve a ello la noticia publicada el 14 de octubre por “Mémoire des luttes”, traducida y difundida por “Rebelión” en lengua castellana con fecha 16/10, con el título “El sable, el hisopo y la sala de mercados”. [1]
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Después de leer a Pep Castelló sobre el homenaje a esos dos señores; el cardenal y el exdirector del FMI solo me sale del alma un comentario:
ResponderEliminarESTAMOS EN UN MUNDO DE LOCOS...!
Siento ser tan concisa pero eso es lo que pienso.
Paz Rosales