Hoy se nos murió Mercedes Sosa y según debía, al ir amaneciendo. Una artista natural sin farándula tilinga que nos fuera agrupando, concentrando, y descubrimos allá por el sesenta y pico en un salón de mi barrio lanusero. El Peretz. Cantora de voz incomparable a quién los argentinos le debemos porque ella, la Negra, jamás integró esa cofradía de obispos, terratenientes y banqueros desmesurados. No simplemente solidaria y brillante y más bien indomable, según siempre lo fuera. Claro, se mudó a esa Argentina que intuimos existe los mismos que nunca soñamos con el cielo, donde la recibirán el morocho Gardel, Yupanqui y esa otra, la Eva, para decirle 'entrá Negra con nosotros, a la popular. Y ahora toca Piazolla'. Y queremos que todo algún día se nos cumpla y de paso, cantemos.
Eduardo Pérsico, octubre del 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Éste es un lugar para compartir. Anímate y escribenos algo que te mueva el alma.