Saramago, motivado por su ateísmo militante, ha querido hacer de Caín una víctima del "dios" más vengativo y cruel que se puede imaginar. No discuto el valor litearario del libro de Saramago. Y respeto sus ideas, como pienso que él respeta las de los demás. Pero nada de eso es lo que aquí me interesa. Sólo quiero aclarar lo que representan Caín y Abel. El relato de la Biblia (Gén 4, 1-16) utiliza materiales que provienen de mitos muy antiguos (G. von Rad). Según este relato, Caín fue agricultor, mientras que Abel era pastor. Es decir, Caín representa la cultura de los pueblos instalados y (en ese sentido) sedentarios, en tanto que Abel representa la cultura de los pueblos nómadas que peregrinan con sus rebaños.
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