En el imaginario colectivo, el 20-N sigue asociándose al Valle de los Caídos, el macro mausoleo impulsado por Franco, y levantado con la sangre y el sudor de los prisioneros “rojos”. La imponente Basílica y su cruz ciclópea fueron concebidas por el caudillo para dar gloria a “los caídos por Dios y por la Patria”, en la España de los vencedores, “sin reparar en las víctimas republicanas”. También, “ante las dificultades encontradas en algunas zonas, donde las familias franquistas se negaron al traslado de sus muertos a Madrid, el Ministerio de Gobernación autorizó el abordaje de fosas de republicanos”, llevando los restos de algunos “rojos” al mausoleo, sin el consentimiento de sus familias (Público, 19/11/09).
Texto completo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Éste es un lugar para compartir. Anímate y escribenos algo que te mueva el alma.