Pepcastelló
Nadie camina en solitario por la vida. Ningún corazón late vacío de amores y de odios, pues la sangre de todo ser humano es una mezcla de ambos. Una mezcla caliente, oxigenada y viva, que nos mueve a gozos y a tormentos. Una mezcla que transporta hasta la más remota de nuestras fibras alimentos y afectos, todo cuanto nos nutre cuerpo y alma, ese conjunto indivisible que es el ser humano.
No voy a dar respuestas que no tengo,pero me viene a la mente una respuesta de Bruno Forte (obispo católico italiano)a un grupo de estudiantes universitarios. Para él no existen los CREYENTES o NO CREYENTES, existen, los PENSANTES o NO PENSANTES y sería largo en este espacio para explayarme, pero es tal cual lo que dice Pep en este artículo, desde la optica de un católico por supuesto, pero que bien poco difiere de Pep.
ResponderEliminarDiana