“Si vis pacem para bellum”: Vegecio.
El viejo precepto aquél que dicta: “Si quieres la paz prepárate para la guerra”, del filósofo Flavio Vegecio Renato, que pretextó la consolidación del ejército romano, guarda en su seno un principio y un contrasentido. El principio es que tiene por contexto a un imperio, porque no cualquier país tiene los recursos suficientes para desarrollar la industria de la guerra, sino aquel o aquéllos que han resuelto las necesidades primarias de su pueblo —al menos en el sentido antiguo—. Y tienen a una parte de la población para convertirlo en ejército, pagado y disponible para ir a pelear, mal en aras de conquista o de la sujeción de otra nación cualquiera.
Y el contrasentido es porque: 1) El país que se arma lo hace y capacita a un ejército porque ve enfrente a un posible enemigo, igual interno que externo; sea vecino cercano o distante. Por lo tanto, está preparándose para entrar en guerra en cualquier momento. Los motivos pueden ser variados. Visto así, dicho país no tendrá paz por la predisposición a la guerra. Y a nivel individual ocurre lo mismo; véase aquéllos países cuyos ciudadanos tienen a la mano las normas necesarias para adquirir un arma o más [el caso de los ciudadanos estadounidenses es tristemente ejemplar, protegidos por su legislación local]. 2) Le brinda un pretexto y una justificación, a dicho país, para entrar en guerra contra otro sin cuestionar el o los motivos. Y por lo mismo no tendrá paz.
Texto completo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Éste es un lugar para compartir. Anímate y escribenos algo que te mueva el alma.