“El tabú del odio solo rige para los explotados y sometidos. Los patrones, los explotadores odian sin pausa y con prisa. Y de ese odio extraen la fuerza para sus abominables crueldades. Solamente odiando al capitalismo podremos seguir amando al socialismo”
Manuel, de 18 años, está internado en el hospital de San Miguel, con protección de la Gendarmería. Fue herido después de que, junto a un grupo de vecinos, intentara impedir la detención arbitraria de unos chicos de su barrio. Escondido en un cuarto del Hospital Larcade, en San Miguel, Manuel F. pasa las horas, mientras un gendarme controla que solo sea visitado por sus familiares. No está preso ni se lo acusa por algún delito. “Lo están cuidando de la Policía Bonaerense”, dice su tía, por lo bajo, en un pasillo del hospital repleto de gente. Hace poco más de una semana Manuel recibió un balazo en la cintura en medio de una discusión con varios oficiales en el barrio Mitre, de esa localidad, y según denuncian los familiares, en su intento por encubrir el ataque, los oficiales lo sacaron del auto que lo trasladaba al hospital, lo subieron a un patrullero y le dieron “un puntazo” en la panza. Luego lo acercaron a la guardia, donde fue operado esa misma noche. La herida de bala le inundó de sangre el estómago y, desde entonces, lo alimentan mediante suero.
Por Emilio Ruchansky. Página 12. 26-03-11
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