Dalt del cel hi ha una estrella
que senyala l'Orient
amb una cua llarga
d'espurnetes resplendents.
Hay en el cielo una estrella / que nos señala Oriente / con una cola larga / de chispitas resplandecientes.
La Estrella de Navidad tiene cola, una cola larga de luz y resplandor que nos señala el punto cardinal por el que amanece el Sol, ese astro majestuoso que nos da calor y vida.
Pobre Estrella de Navidad la que no tenga cola y pobre Navidad la que no tenga estela, la que se limite a sentar un pobre en la mesa ese día, la que ofrezca un copioso y rico almuerzo a los sin techo ese día, la que nos llene el corazón de emoción ese día.
Navidad no es una fecha, un día, sino un inicio. El inicio de un nuevo período de vida en la tierra. Así lo entendían los ritos paganos del solsticio de invierno boreal y quizá así lo pensaran aquellos “sabios” cristianos cuando eligieron esa fecha para celebrar el nacimiento de Jesús. ¡Celebración! ¡Liturgia! Y a pasar luego página.
Quizá por eso, porque la Buena Nueva que Jesús anunció acabó en cristianismo y éste en una religión de celebraciones y liturgias, tras la Navidad el pobre sigue sin mesa y los sin techo sin cobijo ni almuerzos.
Ojalá que la estela navideña, esa larga cola de minúsculos resplandores de compasión y afán de justicia, con liturgias o sin ellas, nos ilumine todo el año la conciencia.
LHDG
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Éste es un lugar para compartir. Anímate y escribenos algo que te mueva el alma.